Los bastones siempre vienen con todos sus componentes y habitualmente los llevamos todos encima. Pero no te has preguntado muchas veces si son necesarios todos para todo el tipo de salidas que realices. En este artículo pretendemos entrar en mas detalle cuando quitar la correa y los distintos motivos por los que se debería hacer. Al final la elección es de uno mismo, pero si tienes toda la información siempre se toman mejor.
Intención de quitar la correa
Las correas de mano están arraigadas en el esquí nórdico. Al pasar las manos por las correas de manera que la correa pase entre el pulgar y el índice, se elimina la necesidad de sujetar con fuerza la empuñadura, lo que es difícil de hacer con guantes y que puede tensar la muñeca. En cambio, la correa transfiere energía desde la parte inferior del brazo y permite un potente empujón, que es una técnica vital al esquiar.
¿Cuándo quito las correas?
Cuando uso esquís nórdicos o ski con mis esquís de travesía alpino, prefiero que mis bastones tengan correas, por las razones antes mencionadas. Sin embargo, para todos los viajes de mochilero de 3 temporadas, los elimino. Específicamente, los corto con unas tijeras, o quito el pasador de metal con un clavo de acabado y un martillo. ¿Cuáles son los motivos principales para quitarlas? A continuación pasaremos a numerarlos.
1. Según el terreno por el que nos deslicemos
El terreno cubierto de nieve es una superficie relativamente plana y es más propicia para movimientos exactamente repetitivos. En contraste, el terreno libre de nieve está plagado de rocas, raíces, crecimiento excesivo, escalones de troncos, derrumbes y ondulaciones menores de pendientes.
La ubicación de mi swing de pértiga y de la punta refleja esta variabilidad. Mientras trato de mantenerlos detrás de mí para poder empujarlos, regularmente debo plantarlos directamente a mi derecha o izquierda, o frente a mí; También debo guiarlos alrededor de obstáculos y mantenerlos alejados de la vegetación. Finalmente, al descender, a menudo mantengo los postes frente a mí, para ayudar a romper. Al plantar postes en estas ubicaciones alternativas, mi capacidad de empuje se ve comprometida y, por lo tanto, las correas son mucho menos útiles.
2. Agilidad y fuerza
Incluso en senderos bien cuidados, con regularidad quito las manos de las empuñaduras de los bastones. Por ejemplo, para:
- Toma una foto,
- Recupera mi botella de agua
- Abra una envoltura de alimentos o una bolsa de almacenamiento,
- Mira mi mapa
- Utilice una brújula o GPS y
- Orinar.
En senderos más desafiantes, o cuando estoy fuera de pista, quito las manos de las empuñaduras con más frecuencia. Por ejemplo:
- Al subir o atravesar pendientes empinadas, muevo una o ambas manos hacia las empuñaduras de extensión inferiores;
- En el astrágalo, llevo ambos palos en una mano, de modo que puedo agarrar rocas para mantener el equilibrio o bajar una mano más rápidamente si me caigo; y,
- Mientras arrastro los arbustos, sostengo los postes cerca de la mitad y los uso como protectores de arbustos.
Sin correas, soy un excursionista más ágil, y evito el pequeño tiempo involucrado en sacar mis manos de las correas o insertar mis manos en ellas varias veces cada hora.
3. Evitar la rotura de los bastones
He roto varios postes, tanto modelos de fibra de carbono como de aluminio. En todos los casos, el poste fue sometido a una fuerza lateral excesiva. Por ejemplo, mientras me resbalaba y caía por el terraplén de un arroyo, la punta del poste se atascó en una raíz expuesta y luego se apalancó hasta que se rompió; o tropecé con un astrágalo y aterricé en el poste.
Quitar las correas no es una forma segura de evitar la rotura del poste. Pero sin las correas, puede soltar el bastón más rápidamente si se engancha.